Amor de lejos… ¿felices por siempre?… ¡Acepto!

Las 8 situaciones que toda relación a distancia ha experimentado antes del matrimonio

Por: Enrique Pedroza/Foto: Photographer Huatulco

Todos los días tomamos decisiones; en mayor o menor medida, pero lo hacemos. Vivir es elegir; escogemos qué comer, qué ropa usar o qué canción será la que nos inspire hoy. Pero encontrarnos frente al momento para decidir con quién queremos compartir el resto de nuestros días, no es tan sencillo como saber qué película te gustaría ver hoy en Netflix, por ejemplo.

Existen circunstancias que una persona puede enfrentar cuando actúa bajo ese efecto emocional en el que se desea dar el primer paso hacia el matrimonio. Al ser humano muchas veces le gusta complicarse la existencia y escoge el camino más difícil. Sin embargo, avanzando con cautela y haciendo las cosas bien, estamos convencidos que aún así se puede alcanzar la plenitud.

En este artículo abordaremos el caso de las relaciones a distancia que sí lograron superar el periodo mínimo de prueba para después visualizarse caminando juntos hacia el altar. Ya sean las parejas que se conocieron en su ciudad natal y después tuvieron que vivir separados; o quienes se mudaron y encontraron al amor de su vida durante la Universidad, pero como ambos son foráneos, tuvieron que distanciarse constantemente; o finalmente los que coincidieron durante alguna experiencia internacional.

Sin importar cómo haya sido el enamoramiento, quienes estén o hayan estado en estas circunstancias, sabrán a lo que nos referimos cuando mencionamos que existen ciertas situaciones que todas las parejas a distancia experimentan antes de llegar a la esperada propuesta nupcial.

1.-De vez en mes:

Las citas con tu pareja se redujeron a un estricto conteo de días, según sean los que falten para volverse a ver. Sus idas al cine o a cenar, se han planeado según la disponibilidad de ambos para poder viajar. Ustedes no pueden considerar cada viernes para mirar de frente a esa persona que los vuelve locos; al contrario, si un fin de semana al mes se vieron en persona, ya fue ganancia… y eso mientras no vivan de un continente a otro, porque entonces el tiempo es más relativo.

2.-¡Besos apantallantes!

Estamos convencidos que los hay, y no nos referimos a los besos que seguro existen entre ambos cuando se ven cara a cara, pero es que literalmente hay quienes hasta besan la pantalla de la computadora mientras realizan Skype. Tal vez ¿frígidos?… pero con mucho amor.

El afecto físico en algo tan sencillo como besarse o tomarse de las manos, representa otro nivel de importancia en comparación con otras parejas convencionales.

3.-La gente y su “felices los cuatro”

Mentirían si no han recibido más de tres veces la frase de “amor de lejos, amor de…felices los 4”. Y es que las personas en ocasiones no entienden que ya es suficiente con las paranoias y los fantasmas en la cabeza, como para todavía intentar “apoyar” con un comentario que resulta más negativo que positivo. Aún así, es importante fortalecer la confianza lo más que se pueda para poder estar convencidos de que estamos con la persona correcta y al mismo tiempo no dejarse influenciar.

4.-Discusiones que no sanan tan fácil

En cualquier relación de pareja, las discusiones son un tema que se deben atender con cuidado, pues de saberlas trabajar dependerá el rumbo que tomará cualquier decisión al respecto entre los dos. En la distancia es más complicado, porque aun cuando por teléfono o internet, las cosas parezcan estar mejor, te quedas con las ganas del afecto físico que ya mencionamos, ya sea un abrazo, recargarse en su hombro, etc., y más si las palabras que se han dicho pueden llegar a dar vueltas en la mente antes de dormir.

El temor de vivir en una fantasía y estar en medio de emociones no sinceras, se incrementan con cada kilómetro o millas de distancia que existen entre ustedes. Consideramos este es uno de los retos más difíciles para poder decidir llegar juntos al altar. Como alguna vez un conocido muy querido nos dijo: “Casarte después de una relación a distancia, merece un Premio Nobel en amor”.

5.-Buenos días, o tardes… ¿noches?

Si tu relación sufre de una distancia intercontinental, entiendes perfecto este punto. Se han vuelto expertos en sincronizar agendas según la diferencia de horas, y de esta manera coincidir en sus citas cibernéticas o telefónicas. Sin embargo, existe una parte más difícil al intentar compartir experiencias del día a día, pues generalmente tienes que esperar a que amanezca en el otro país, o viceversa, para poder platicar sobre aquel momento incómodo o feliz de tu vida en el que lamentablemente tu pareja no pudo estar presente. Todas las fechas especiales sufren de un aplazamiento forzoso, pues San Valentín o los aniversarios, se guardan para el próximo y eterno encuentro.

6.-Las familias

Este punto aplica para todos. La familia siempre será un factor importante al momento de dar ese paso hacia el matrimonio. Se toman en cuenta costumbres, valores, relaciones interpersonales y a veces hasta posición económica. Si se conocieron en el extranjero, seguramente habrás sufrido del famoso choque cultural. Para bien o para mal; ya sea porque quieres conseguir la Green Card, la residencia francesa o española, o porque realmente cupido te flechó y están sumamente enamorados.

7.-¿Quién se va mudar con quién?

Sí, definitivamente es un dilema y una decisión complicada. Alguien tiene que ceder y la única manera de acortar la distancia será que alguno se mueva a vivir a donde el otro reside. Aquí normalmente influye la familia otra vez, pues tener lejos a sus seres queridos, significa un sacrificio grande para uno de los dos.

8.- ¡Dos bodas!… Really?

¿A quién no le gustaría doble festejo?, pero… ¡¿organizarlos?!. Esto generalmente sucede en las relaciones que sobreviven de un extremo al otro del mundo. Una vez que ya se superaron cada uno de los retos y ambos están convencidos de querer dar el gran paso, este tema suele ser la cereza del pastel; léase: “por si creían que las discusiones habían terminado, estaban muy equivocados”.

A pesar de todo, sabemos que si han vivido éstas o más situaciones y aún siguen pensando en comprometerse maritalmente… ¡Felicidades! lo lograron.

Al acabar con la distancia y aventurarse a vivir juntos, será una nueva etapa, pero si todo este tiempo previo ha valido la pena, ¿por qué temer?. Invertir tiempo y hasta dinero en una relación que requiere esfuerzo y paciencia, no es para cualquiera, pero qué bendición cuando alguien es capaz de cruzar fronteras por el amor de su vida, y cada día vivir un para siempre lleno de magia y luz.

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