Nervios y estrés son palabras estrechamente vinculadas a la preparación de las bodas, en todas partes del mundo. Pero que esa situación tan común no se apodere de ti cuando prepares la tuya. Debes saber de antemano que tales amenazas se cernirán sobre ti, pero debes saber enfrentarlas. Para empezar, prepárate desde adentro, con el pensamiento positivo, con la mente abierta y creativa, lista para responder a todas las situaciones conflictivas de la mejor manera: con una sonrisa.
Para seguir, ocúpate de ti mismo, bríndate todo el cariño y atención posibles. Aunque suene extraño, así debe ser para que el día soñado de tu boda sea realmente tal cual lo anhelas. Nada podrá empañar un día que fue planificado con tiempo, calma, y una reducida carga de estrés y nerviosismo.
Por ejemplo, puedes considerar sesiones de relax en un spa de tu preferencia, sobre todo algún fin de semana cercano a la fecha estipulada para la boda. También, a medida que se acerca el día, procura efectuarte limpiezas de cutis o tratamientos específicos para el rostro, así como preparar tu cabellera con disfrutables baños de crema u otros productos “mágicos”. También pide cita con la manicura, la pedicura, la masajista, en fin, cólmate de atenciones sin sentirte egoísta, porque en esta ocasión es por tu bien, el de tu pareja, tu familia y hasta tus invitados.
Toma litros y litros de agua. Esto es una regla fundamental. Si te mantienes hidratada será bueno para tu piel y te ayudará a mantenerte radiante, reduciendo los signos de cansancio. Cuando estás agotada, lo más común es tomar una bebida cola o un café, pero trata de limitar el consumo de estos elementos a una medida diaria. Si ingieres mucha cafeína, en realidad solo lograrás deshidratarte y lucir aun más cansada.
También puedes probar hacer un poco de yoga. Puede resultar de maravilla, pues no solo te ayudará a relajarte, sino que también contribuirá a tu estado de ánimo y a mantenerte en forma y sin contracturas, de cara a esa jornada especial. Pero si el yoga te resulta aburrido o muy “lento” para tu ritmo, podrías probar kickboxing.
No hay una receta fija en esto, cada uno puede elegir lo que mejor convenga a sus intereses, modo de vida, características de personalidad. Solo se trata de llegar al altar con la mayor tranquilidad posible para realmente disfrutar de ese día como lo que es: uno de los más especiales de la vida.