Los recuerdos que quedan de una boda son imborrables. Los invitados que disfrutan del convite y participan de la felicidad de la pareja. Y es muy importante que aparte de los recuerdos que atesore su retentiva, los invitados se lleven algún objeto material que les permita «llevarse» una parte de la fiesta a sus hogares y recordar aquel momento cada vez que contemplen el citado objeto. Por eso, es importante seleccionar bien este obsequio para que sea representativo de la pareja y tenga relación con la boda.
La variedad de este tipo de regalos es muy amplia, así que los novios se tienen que tomar el tiempo necesario para que su elección sea la apropiada. No es cuestión de simplemente imitar algo que se haya visto. Es mejor conferirle al recuerdo una impronta personal, que lo ligue innegablemente a los novios. Hay que recordar que el recuerdo será uno de los pocos objetos materiales que les queden a los invitados de la fiesta. Por lo tanto, no es un tema menor Hoy analizaremos los modelos convencionales de recuerdos para bodas que se ofrecen a los invitados. Luego iremos viendo otras opciones.
Entre los modelos comunes podemos encontrar figurillas de los novios, en la mayoría de los casos acompañadas de una tarjeta que registra el nombre de los novios y la fecha en que contrajeron enlace. También se podrían obsequiar miniaturas de elementos relacionados con las bodas. Entre éstos el ejemplo más característico son las alianzas. Obsequiar esta clase de elementos hará que los asistentes conserven un grato recuerdo y que utilicen el suvenir como adorno en sus hogares.
Como siempre, la selección del recuerdo para los invitados tiene una gran cuota de preferencia personal de parte de los novios. Lo importante es que el modelo que elijan los represente de alguna manera. Si ellos no se sienten representados por el regalo que han seleccionado, podría deslucirse un poco el significado de éste.